La historia de la heladería La Golosita se remonta a la década de 1930, cuando Manuel Herrera teniendo en cuenta las altas temperaturas de la ciudad y la cercanía con la cordillera, decide instalar una fábrica de helados artesanales. El hielo era traído en mulas de la cordillera y almacenado en un gran pozo que se cubría con sal para mantenerlo congelado. Originalmente el local función en la actual panadería Moderna. En 1943 se traslada al actual local transformado por el constructor José Álvarez.